Una meditación sencilla en la respiración

Cuando la turbulencia de las distracciones disminuye y nuestra mente se calma, surge de forma natural en nuestro interior un sentimiento profundo de felicidad y satisfacción que nos ayuda a hacer frente al ajetreo y las dificultades de la vida diaria.

Gueshe Kelsang Gyatso - Nuevo manual de meditación
 

La primera etapa de meditación consiste en disipar las distracciones y lograr mayor claridad y lucidez mentales, lo cual se puede conseguir con una meditación sencilla en la respiración siguiendo los pasos que se indican a continuación.

Un lugar tranquilo y una postura cómoda

Elegimos un lugar tranquilo para meditar y nos sentamos en una postura cómoda. Nos podemos sentar en la postura tradicional con las piernas cruzadas o en cualquier otra que nos resulte confortable. Si queremos, podemos sentarnos en una silla. Lo más importante es mantener la espalda recta para evitar la pesadez mental o la somnolencia.

 

Dirige tu atención a la respiración

Nos sentamos, mantenemos los ojos semiabiertos y enfocamos nuestra atención en la respiración. Respiramos con naturalidad, preferiblemente por la nariz, sin tratar de controlar la respiración, e intentamos ser conscientes de la sensación que produce el aire al entrar y salir por los orificios nasales. Esta sensación es nuestro objeto de meditación. Nos concentramos en ella e intentamos olvidar todo lo demás.

 

Nuestra mente puede parecer ajetreada

Al principio, descubriremos que nuestra mente está muy ajetreada, y es posible que pensemos que la meditación la agita todavía más, pero, en realidad, lo que ocurre es que comenzamos a darnos cuenta del estado mental en el que nos encontramos. Tendremos la gran tentación de seguir los diferentes pensamientos que van surgiendo, pero hemos de intentar resistirla y permanecer concentrados de manera convergente en la sensación que se produce al respirar.

 

Mejora poco a poco tu concentración

Si descubrimos que nuestra mente se distrae con diferentes pensamientos, de inmediato hemos de volver a enfocar la atención en la respiración. Repetimos este ejercicio las veces que sean necesarias hasta que la mente se concentre en la respiración.

 

Experimenta serenidad y relajación

Si practicamos de este modo con paciencia, nuestras distracciones irán disminuyendo gradualmente y experimentaremos una sensación de serenidad y relajación. La mente se volverá lúcida y espaciosa y nos sentiremos restablecidos.

 

 

Para más información sobre esta técnica, véanse Nuevo manual de meditación y